Bienestar

Hiperhidrosis: qué es y cómo tratarla

La transpiración es un proceso fisiológico rutinario, todos hemos transpirado en muchísimas ocasiones a lo largo de nuestras vidas ¿cierto?, y no es rutinario solo en seres humanos sino también en todas las plantas y animales terrestres a excepción de ciertas especies. Este proceso se caracteriza, en el caso de los mamíferos, por ser el encargado de la regulación de temperatura en el cuerpo ya que ejerce la función de refrigeración corporal en situaciones de alta exigencia física o altas temperaturas. El mismo consiste en la expulsión de un líquido transparente conocido como sudor, a través de las glándulas sudoríparas que se encuentran en la superficie de la piel; esta función es controlada y llevada a cabo por el Sistema Nervioso Central (SNC).

Ahora bien, a pesar de ser un proceso completamente normal, lo que no es normal es que ocurra en exceso, en ese caso ya estaríamos hablando de un problema médico; esta patología lleva por nombre hiperhidrosis.

SÍNTOMAS, DIAGNÓSTICO Y POSIBLES CAUSAS

La hiperhidrosis se ve reflejada en un padecimiento de sudoración excesiva; puede ser generalizada, es decir, alrededor de todo el cuerpo (primaria) o en partes específicas del mismo, siendo más comúnmente afectadas las axilas, palmas de las manos, plantas de los pies, cara, pecho y espalda (secundaria o focal). En la mayoría de los casos la hiperhidrosis también acarrea consigo otra enfermedad sumamente molesta como lo es la bromhidrosis; esta consiste en la emanación de mal olor corporal ocasionado por las bacterias segregadas del cuerpo durante la transpiración; por ende, se le suele relacionar con la hiperhidrosis.

“La enfermedad silenciosa”, como algunos la llaman, es completamente perceptible sin ningún tipo de diagnóstico médico, basta simplemente con notar si sudas notablemente mucho más y con mayor regularidad que otras personas; no obstante, en caso de desear una corroboración profesional, puedes asistir a una consulta médica, donde se te puede realizar un análisis de sangre y orina para determinar si padeces dicha patología, de este modo poder detectar si la sudoración excesiva ha sido desencadenada por niveles anormales de glucosa en la sangre o como consecuencia de otras enfermedades adyacentes como la segregación de tiroxina en exceso (hipertiroidismo), la menopausia o embarazo en caso de las mujeres, diabetes, u obesidad.

Otra manera muy fácil de diagnosticar la hiperhidrosis es saber si existen antecedentes de esta enfermedad en la familia, ya que numerosas investigaciones sugieren que existe una predisposición genética, razón por la cual, al momento de asistir a la consulta médica el doctor siempre te preguntará acerca de tu historia clínica y tus parientes cercanos.

Además de las causas genéticas y aquellas provenientes de otras enfermedades, la etiología de esta enfermedad puede también ser factores psicológicos o de tipo emocional, siendo inclusive estas los desencadenantes principales; la ansiedad, el miedo, la vergüenza o el hecho de vivir bajo altos niveles de stress son grandes agravantes de la sudoración. En adición a esto, existen también factores externos que influyen directamente en el desarrollo de esta enfermedad, como lo son los cambios bruscos de clima a temperaturas muy cálidas, el incremento de peso, el consumo de alcohol, un nuevo tipo de medicación o drogas o simplemente cualquier cambio en el estilo de vida en general puede llegar a afectarnos.

¿CÓMO PUEDO CURARME DE HIPERHIDROSIS?

Desafortunadamente esta enfermedad no tiene cura;  no se puede erradicar del cuerpo la función de la transpiración ya que se trata de un proceso de vital importancia, sin embargo la sudoración en exceso sí puede ser tratada y controlada.

Como principal tratamiento para combatir la sudoración contamos con los procedimientos de aplicación tópica, siendo el más común el uso del desodorante de tipo anti-transpirante ya que son ricos en cloruro de aluminio, componente el cual actúa sobre ambas glándulas sudoríparas, tanto ecrinas como apocrinas, obstruyendo de modo parcial el conducto de la glándula y disminuyendo así la cantidad de sudor producida.

Puedes también optar por tratamientos dermatológicos, como la aplicación de cremas recetadas por tu dermatólogo, la aplicación de botox o la lontoforesis, la cual consiste en la introducción de corrientes eléctricas (iones) en la piel para privar la sudoración, los dos últimos tratamientos son utilizados en caso de sudoración focalizada en las axilas.

Por otra parte, existen otros procedimientos un poco más agresivos que entran en el ámbito quirúrgico; puedes optar por una erradicación de los nervios simpáticos ya que estos son los encargados de controlar el sudor en zonas como la cara y las palmas de las manos, este procedimiento se denomina como una simpatectomía torácica endoscópica. Otros procedimientos quirúrgicos pueden ser la extracción de las glándulas sudoríparas mediante una cirugía local, esto aplica solo en casos de sudoración excesiva en la zona de las axilas.

CONSEJOS

A continuación, te presentamos algunos tips, que si padeces de hiperhidrosis, te podrán ayudar a afrontar este problema y hacerlo un poco más llevadero:

  • Evitar en la medida de lo posible el consumo de café y alcohol, ya que por su parte, el café contiene propiedades diuréticas las cuales, aparte de acelerar la segregación de orina, acelera la segregación de sudor en las glándulas sudoríparas; y el alcohol, ya que hace que nuestra corriente sanguínea y nivel de azúcar aumente, aumentando así la temperatura corporal y por supuesto, el cuerpo se ve en la obligación de sudar para compensar esto.
  • Evita exponerte al sol o altas temperaturas por mucho tiempo ya que es este el principal causante de la sudoración.
  • Viste ropa hecha con materiales naturales y amigables con tu piel, las prendas livianas y confeccionadas con algodón, seda o lana son ideales, preferiblemente de colores oscuros para ocultar esas manchas tan vergonzosas.
  • Lleva siempre contigo una muda de ropa y un anti-transpirante.
  • De utilizar perfumes, evita que este haga contacto con las zonas afectadas por el sudor ya que esta combinación puede ocasionar una reacción que provoque un olor muy desagradable.
  • Sé sumamente cuidadoso con respecto a tu higiene, ya es suficiente tener que combatir con el sudor como tal así que mantén a los gérmenes a raya con un aseo meticuloso; báñate regularmente y saca de circulación prendas viejas con muchas manchas de sudor ya que allí se alojan las bacterias que producen el mal olor.

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